Un
sentimiento que se apodera de tu ser cuando la escalada deja de ser una cosa
más en tu vida y corres el riesgo de que se convierta en la única
Una
necesidad incesante de entregarle a la actividad mucho más de lo que ella te devuelve.
Un
sentimiento enfermizo de volver, volver
y volver a la roca un día tras otro, dejando de lado estudios, trabajo,
compañeros/ as sentimentales… responsabilidades varias con las que llenamos la
mochila de la vida, y que nos parece debemos “portear”, si es que pretendemos
seguir “contando” para la mayoría de los que nos rodean. La familia, otros
amigos, el mundo en definitiva.
En este
estado de ansiedad adolescente no eres feliz si no estás escalando y el resto
del tiempo lo pasas pensando en el siguiente viaje y la siguiente vía y el
siguiente proyecto…
Pero si tienes que quedarte en casa o hacer cualquier otra cosa…Ohgggrr!!…
pasas los siguientes días como un perro
enjaulado pensando que en la próxima no le harás caso “ni a Diosss” y te piras y punto!! Y es que no cabe
nada más que uno mismo en este universo estrechito, que es como el diario de un
yonki.
Puede que lo
que suceda es que no encuentres compañero de cordada. Ósea, un primo que te
asegure, porque ya los largos los das tu TODOS…le pones las cintas a las vías chungas y las no tan
chungas para darle algo de cuartel al colega que te acompañó. La mayoría de
estos no querrán volver a escalar contigo y uno de cada cien repetirá. Pero
solo hasta estar más fuerte, luego ya serás tú mismo el que NO QUERRA escalar
con él, porque te llevará a la rastra.
Entras en el
Foro de Vía Clásica, Foro picos, o cualquiera similar y ves como el máquina de
turno esta escalando, equipando y
abriendo vías en “Villadesplomes”…y un picor te ha entrado en el culo que ya no
te deja sentarte como una persona…-Cagoen!!…
tenía vista tal línea y este me la va a pisar…-
Tormentas y temporales asolan el lugar , pero te da igual. Así que para
allá saliste el viernes por la noche y el sábado a las 7 AM estabas metido en faena. En los primeros 10
metros te encontraste un clavo. Gua, gua, guaaaaaa… Viejo y roñoso si, de un
recio que subió por allí con la bota dura. Y otro clavo… y un cordino… Le
pusiste nombre aquello y figuras como aperturista porque no apareció el recio…
Ni siquiera el machaca aquel que espoleó tus ansias, se había planteado subir
por allí.
Se aproxima
el fin de semana. Tras unos días de tedio y hastío, delante de la Tv haciendo
zapping como un autómata, sobando las guías,
repasando croquis en servilletas, ampliando fotos en la pantalla del ordenador
hasta la “pixelización” total… llega tu pareja y te dice:
- Oye
amor , este finde podíamos ir a casa de Angelita ( su hermana) , que hacen una
barbacoa y estrenan la piscina?. La piscina dice. Si es una charca de goma,
llena de gremlis meones, gritando como posesos (tus sobrinos).
- Además , creo que Juan( tu cuñado el
abstemio pesao) quiere montar un
columpio y una tirolina entre los árboles y así te entretienes!!- Arrrrgggggg!!!
Respuesta
balbuceante y con voz temblorosa: -Es que
he quedado con Luis y con “El Pegues” , que nos íbamos a trepar a Asturias, buscando el fresco…-
-Ja!!.Pero bueno…y cuando coño
pensabas decírmelo???-
Cualquiera de los que habéis sido escaladores alguna
vez o continuáis siéndolo, sabéis de
sobra de lo que estamos hablando