Julianin acaba
de aterrizar en el maravilloso mundo de la escala. Aun lo hace con cualquiera
y donde puede, sin demasiado criterio.
Aún tira de brazo cual gorila y no usa los pies, a pesar de haber visitado ese “templo
del material de alta calidad” que todos conocéis y que por respeto al anonimato
de sus trabajadores y usuarios llamaremos De-cartón. Si, ese donde acaba uno
cuando no sabe por dónde se anda y donde, al menos, se tienen la certeza de que el estrago económico
no será grande aunque metamos la pata hasta el fondo.
Nuestro
personaje le sacó brillo a la visa equipándose de mosquetones, arnés, cuerda, pies de gato, ect. Bajo el asesoramiento de otro gurú de la escalada que ha conocido en
el rocódromo, el cual le recomienda que no recibir ningún tipo de clase, ya que”
los recios aprendieron a huevo”,
dice. A todo esto el susodicho individuo es un tipo que entrena solo, casi no
se relaciona con el resto y no comparte risas con la mayoría de los habituales
del rocódromo… Julianin es la víctima apropiada e indefensa, que este estaba buscando
Llega el día
en que el gurú anuncia a Julianin que quiere que le acompañe a escalar en
montaña. Fisuras interminables y verticales, reuniones colgadas…Un mundo de
experiencias y emoción. En definitiva, el inicio de la “odisea de los grandes alpinistas”. Este recomienda a
nuestro personaje que visite una de las
tiendas del ramo para equiparse.
La visa
vuelve a calentarse y un afamado dependiente, el cual, no tiene el gusto de conocer a su verdadero jefe,
pero al que su encargado flagela a diario con un látigo para que aumente sus
ventas. Que cobra tarde y mal, y que tiene dos hijos en casa esperándole pidiendo
sopa. Redondo como una peonza y que dice que un día escaló también, le coloca
un Kit completo de Iniciación al Alpinismo, que consta de los siguientes
imprescindibles:
Cabo de anclaje doble con disipadora incluida. Maza, clavos y espitador.
Juego completo de friends triplicando tallas, porque hay mucha fisura paralela mas larga que un día sin pan y
empotradores de tres tipos. Mosquetones para ir a una guerra y anillos y cintas
en tres longitudes y anchos…Ah claro un
petate mas grande que el dueño, de esos de big wall, para que quepa todo.
Fue todo un
cromo ver a nuestro protagonista caminar con aquello a la espalda, haciendo eses como
si estuviese borracho y vencido por el peso. Para llegar sudoroso y agotado a
pié de vía.
Tras este
memorable día, Julianin cambió de amigos y concluyó que el material no hacía al
escalador… recibió un curso con un profesional y aprendió en dos tardes lo que no habría podido en dos años.
O por el
contrario… continuó gastando dinero en un material que jamás podría hacerle mejor
escalador.
P.D. Al cierre de este artículo hemos recibido la
atenta misiva de la A.T.CpC
Asociación de Tenderos Castigados por la Crisis,
desmarcándose y condenando las actitudes de determinados empresarios en cuanto
al comportamiento con sus empleados y asegurando
la honestidad de sus asociados en lo que se refiere al trato y asesoramiento de
sus clientes.
Al final de
la carta una súplica: “ No mentir ni engañar, pero permitid que se gasten todo
el dinero quieran, por Dios!”
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