El
punto de partida. I
Creo
que fue con 20 años que tome la decisión de comenzar a trabajar. Ganar un
sueldo y abandonar la vida irresponsable del estudiante. Que entonces
era...era...era un verdadero desastre, divertidísimo...pero poco formador y
desde el punto de vista económico ...insostenible.
Deje
colgada una vocación por la enseñanza ,
que me pareció tener poco futuro tal
como pensaba entonces.
Los
años y las opiniones de los ex
compañeros solo me dieron la razón, me temo...aunque lo ahora viene os pueda
llevar a pensar que no hay camino sin pinchos ni piedras y que acertar o
equivocarse no depende solamente, de la senda que eliges , sino de qué haces en
ella.
Así
que comenzó tempranito mi vida laboral.
Autónomo
desde los 20 , asumiendo responsabilidades empresariales a los 25, liquidando
una empresa y generando otras entre los 30 y los 35. Empleando gente y
soportando los avatares de las que hoy llaman
No se ustedes...pero yo tengo la sensación de haber
trabajado como un bestia en los últimos 20 años. Años en los que precisamente
no me he enriquecido...quizá por no jugar en el “filo de la navaja” legalista,
por no maltratar a la gente que trabajó conmigo, por no engañar al fisco con
bolsas de basura llenas de billetes y por atender a su llamada , como fiel
corderito, cada vez que les “salta “ un dato... Momento este, que aunque no seas consciente de haber hecho nada
malo...las piernas te tiemblan y no duermes
las noches previas a la cita, pensando en que si hay problemas no
tendrás para pagar indemnizaciones a
tus chicos ( empleados)...los únicos que lo merecen , ya que son tu fuerza y
los que conforman la empresa. El equipo del que tanto se habla en términos
deportivos.
Tampoco
estuve enfermo ni de baja, mas allá de un catarro, e incluso he trabajado con
las muletas cuando las lesiones me castigaron. En ocasiones he llegado a pensar
que mi salud es de hierro, en otras que nunca ha habido tiempo y tranquilidad
suficiente para quedarse en la cama. Aunque esto último, me habría gustado menos que la propia enfermedad.
Desde
luego este escenario no es el del bienestar económico-social, ese que nos
vendieron durante las ultimas dos décadas. Tampoco me arrepiento en absoluto de
haber tomado este camino ya que tengo que decir que , a pesar de los pesares,
me mantiene “vivo” y alerta ante las
cosas que suceden a nuestro alrededor.
Siempre
tome mis propias decisiones, dentro de los contextos en los que me he movido y
la mayoría lo fueron por mi elección, cosa muy positiva a la hora de afrontar
los inconvenientes que van surgiendo. Porque nunca dejara de haber problemas
que resolver, de lo contrario la vida sería tremendamente aburrida , o así me
lo ha parecido .
Próximamente: Tribulaciones... II. La situación política y su repercusión en mi empresa.
Próximamente: Tribulaciones... II. La situación política y su repercusión en mi empresa.
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