19 ago 2011

Tribulaciones de un trabajador por cuenta propia.




El punto de partida. I

Creo que fue con 20 años que tome la decisión de comenzar a trabajar. Ganar un sueldo y abandonar la vida irresponsable del estudiante. Que entonces era...era...era un verdadero desastre, divertidísimo...pero poco formador y desde el punto de vista económico ...insostenible.
Deje colgada una vocación por  la enseñanza , que  me pareció tener poco futuro tal como  pensaba entonces.
Los años y las opiniones de  los ex compañeros solo me dieron la razón, me temo...aunque lo ahora viene os pueda llevar a pensar que no hay camino sin pinchos ni piedras y que acertar o equivocarse no depende solamente, de la senda que eliges , sino de qué haces en ella.
Así que comenzó tempranito mi vida laboral.
Autónomo desde los 20 , asumiendo responsabilidades empresariales a los 25, liquidando una empresa y generando otras entre los 30 y los 35. Empleando gente y soportando los avatares de las que hoy llaman
PYMES...
No se ustedes...pero yo tengo la sensación de haber trabajado como un bestia en los últimos 20 años. Años en los que precisamente no me he enriquecido...quizá por no jugar en el “filo de la navaja” legalista, por no maltratar a la gente que trabajó conmigo, por no engañar al fisco con bolsas de basura llenas de billetes y por atender a su llamada , como fiel corderito, cada vez que les “salta “ un dato... Momento este, que aunque  no seas consciente de haber hecho nada malo...las piernas te tiemblan y no duermes  las noches previas a la cita, pensando en que si hay problemas no tendrás para pagar indemnizaciones  a tus chicos ( empleados)...los únicos que lo merecen , ya que son tu fuerza y los que conforman la empresa. El equipo del que tanto se habla en términos deportivos.
Tampoco estuve enfermo ni de baja, mas allá de un catarro, e incluso he trabajado con las muletas cuando las lesiones me castigaron. En ocasiones he llegado a pensar que mi salud es de hierro, en otras que nunca ha habido tiempo y tranquilidad suficiente para quedarse en la cama. Aunque esto último, me habría gustado menos que la propia enfermedad.
Desde luego este escenario no es el del bienestar económico-social, ese que nos vendieron durante las ultimas dos décadas. Tampoco me arrepiento en absoluto de haber tomado este camino ya que tengo que decir que , a pesar de los pesares, me mantiene “vivo” y alerta  ante las cosas que suceden a nuestro alrededor.
Siempre tome mis propias decisiones, dentro de los contextos en los que me he movido y la mayoría lo fueron por mi elección, cosa muy positiva a la hora de afrontar los inconvenientes que van surgiendo. Porque nunca dejara de haber problemas que resolver, de lo contrario la vida sería tremendamente aburrida , o así me lo ha parecido .


Próximamente: Tribulaciones... II.  La situación política y su repercusión  en mi empresa.

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