Estoy volviendo a escalar.
Vuelvo a la vertical y como siempre me planteo y cuestiono mi motivación
por lo que hago.
Retorno al camino pero lo recorro
por un lugar diferente cada vez con el único fin de no aburrirme en el
proceso. Evolucionando los planteamientos “éticos” (que poco me gusta este
palabro) sobre los que me gusta moverme.
Miro las paredes y sigo buscando, líneas por las que me subiría, como hace
años. Mantengo ese “tic” de escalador. Y he vuelto a hacerlo desde abajo y sin
demasiada información previa porque es de las cosas que más me llenan, me
cuestan y me dan más miedo.
Durante años abrí y ayude a otros a abrir vías de escalada deportiva, casi
siempre con seguros fijos. De aquí puedo
decir que saqué una parte importante
de lo que se a este respecto; además,
había que empezar por algún lado.
En otra de esas idas y venidas al mundo de la escalada y quizá coincidiendo
con el acercamiento al hielo, decidí dejar de utilizar seguros fijos en mis
aperturas, siempre que me fuera posible, ya que tampoco me considero dogmático,
ni en este ni en otros temas. Así llegue
a abandonar proyectos por no poder realizarse bajo estas directrices,
ofreciéndolo a otros menos escrupulosos o con menos prejuicios.
Ahora pienso en esta forma de escalar como algo personal. Que solo compete
a los que me acompañan en esos proyectos y a mí mismo, ya que lo que busco son
sensaciones y experiencia. Las vías las abres de una forma determinada y el
tiempo y las repeticiones acaban re-definiendo o mejorando el resultado. Aunque
ya se, que no siempre es así.
En el mundo de la
Hiper-información no seré yo un bicho raro que no publique
esas aperturas.
Los secretos a este respecto, justificando evitar la masificación o el
consumismo, me parecerían como prohibir
la droga para evitar su consumo ??? “cosa que todo el mundo sabe que no sucede!!”(Valga
la ironía). Cuando el problema es de otra índole y tiene que ver con la
educación recibida.
Me planteo muchas veces si tengo algún derecho sobre esa roca que tanto me dio.
He escalado líneas sin
dejar rastro, antes de que otros las hayan equipado o abierto nombrándolas por primera
vez y no he reclamado el Copy
Rigth. Ni siquiera lo he comentado con
los mismos. Siento que no lo necesito porque creo que no puedo poseer aquello que escalo.
Con el hielo esto es habitual.
Ascender una cascada distinta cada
temporada con variantes en la línea original, en condiciones diferentes y con
una dificultad cambiante, dependiente de
las condiciones del invierno. Esa es la grandeza de ese tipo de escalada.
La palabra escrita no existe en ninguna parte hasta que el autor las une y
les da forma.
Es más fácil entender el sentido de la propiedad aquí. Igual en la música,
puedes utilizar los mismos acordes con tempos y
melodías diferentes a tus predecesores. O el pintor que llena de color
un lienzo, dándole profundidad o perspectiva.
Me siento dueño de lo que escribo en el papel en blanco, bueno, malo o
peor. Y en cierto modo responsable de lo que así se transmite, no tanto de las ascensiones que
en cierto modo responden a la capacidad de seguir y conectar lo que allí estaba,
por no hablar de lo que irremediable mente transformo en ese medio con mi paso.
No considero esta acción inocua al
entorno, que cambia con mis actos. Esto tiene que ver con el medio natural, no
con un estado de ánimo en la mente del lector, como en el caso de la poesía o la literatura.
Pero las montañas estaban antes de que naciéramos, solo ha cambiando
nuestra capacidad técnica y el tiempo de que disponemos para hacer aquello que
nos apetece y puestos a verlo con desde un punto de vista liberal y moderno, la
mayoría de las veces no nos pertenece el terreno por el que deambulamos, ni
siquiera en la escritura que certifica
un notario, como para “extender un
certificado de propiedad”, no os parece?
No critico en absoluto la labor que otros hacen al uso. Soy consciente de
que sin ellos, los aperturistas y su legado, no podría haber llegado a estas
conclusiones y admiro un trabajo bien
hecho, sea para abrir o mejorar lo ya realizado. Máxime cuando se hace con el
beneplácito de los pioneros y desde la humildad.
Me quito el sombrero ante los que
ofrecen su labor sin pedir nada a
cambio, aunque a veces asisto a la crítica destructiva de lo que se hace con
buena fe y criterio. Solo puedo decir
que todo esto no es para mí.
Cada vez que vuelvo a escalar retomo estas dudas, que hoy comparto con los que habitualmente me leéis, encontrando nuevas respuestas para dar
más sentido a lo que hago.
Solo hay algo que no cambia en toda esta verborrea… y pertenece a aquello que nos hace humanos. Las personas
que te acompañan. Aquellos con los que comparto el éxito, el fracaso y demás
suerte de sinsabores. Esa es la parte más rica y educativa de todo esto, que nutre
y cimienta mis ansias de conocer.
3 comentarios:
Bueno Rober , lo importante es lo importante y disfrutar con lo que haces y con quien lo haces. Dices que has vuelto con ganas y motivación . Bien , esa es la mejor premisa para ser tu mismo y sacar el mayor partido a esta actividad nuestra. El resto no merece ni mención alguna.
Abrazo
Amen!!!! El día que nos "desatemos" que arda Troya...
Como dice Jonchu, disfrutar con lo que hacemos y olvidarnos de las demás cosas..
Y recuerda: ¡No subestimes a los gordos! :) ;)
Piernas
Gracias Jonchu... hay veces que escribo cosas que no hago públicas...esta reflexión, en cambio, nació para "ser colgada" porque son sentimientos recurrentes que me acompañan, a pesar de que ya no me urge publicar y del tiempo que ha estado " reposando" en el cajón, porque como dices, tiene poca importancia.
Espero que el calentón me dure hasta la primavera como mínimo, con la escalada el esquí y lo que haga falta..jajajaj
Un abrazo
Ah! Y Troya ya arde a pesar de nosotros mismos...porque el gordo ya se subestima solo
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